24 abr 2020

Las apariciones posteriores a la resurrección

El resumen de Pablo sobre las apariciones del resucitado

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció. 1 Corintios 15:3–5

Pablo define aquí el evangelio que fue predicado por los apóstoles y recibido por los corintios, con el cual se habían identificado y por el cual estaban siendo redimidos. El evangelio estaba asentado sobre las verdades de la muerte y la resurrección de Cristo.


(1) Estas verdades son verdades centrales. Por supuesto, hay otras verdades importantes, tales como el nacimiento virginal de Cristo, su vida sin pecado, sus obras poderosas, su gloriosa ascensión, su reinado perdurable, su regreso en el futuro; pero la muerte y la resurrección de Jesús son ‘de máxima importancia’. (2) Estas verdades son verdades históricas. No son mitos sino acontecimientos históricos verificables, que pueden ser anotadas en el almanaque y rotuladas con la reveladora frase ‘al tercer día’. (3) Estas verdades son verdades físicas. Es decir, Cristo murió y, para demostrar la realidad física de su muerte, fue enterrado. Después resucitó, y para demostrar la realidad física de su resurrección fue visto, de lo cual Pablo enumera su aparición a tres individuos y a tres grupos. Más aun, los cuatro acontecimientos (muerte, sepultura, resurrección y apariciones) tienen que haber sido semejantes en cuanto a lo físico. Es decir, el Jesús que resucitó y fue visto es el mismo que murió y fue sepultado. Algunos dicen que Pablo no creía que la tumba estuviera vacía. Pero si fue el mismo cuerpo del Jesús que murió y fue sepultado el que luego resucitó y fue visto, necesariamente la tumba debió haber estado vacía. ‘Resurrección’ no es un término equivalente a ‘vida después de la muerte’. El cuerpo resucitado y transformado de Jesús fue el primer anticipo del universo material que será redimido, y es una prenda de que un día la creación entera será transformada. (4) Estas verdades son verdades bíblicas, porque tuvieron lugar ‘conforme a las Escrituras’, testificadas tanto por los profetas en el Antiguo Testamento como por los apóstoles en el Nuevo. Un requisito esencial del apostolado era haber tenido un encuentro con el Señor resucitado (9:1; 15:8). (5) Estas verdades son verdades teológicas, acontecimientos de enorme significado. Merecíamos morir por nuestros pecados, pero él murió en nuestro lugar. ¡Cuán grande es su amor!

La muerte y la resurrección de Cristo (verdades centrales, históricas, físicas, bíblicas y teológicas) conforman el evangelio. Si perdemos este cimiento, todo el edificio colapsa.

Para continuar leyendo: 1 Corintios 15:1–11

Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis