La gran comisión según Lucas
Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Lucas 24:46–47
Hoy reflexionaremos sobre la versión que da Lucas de la Gran Comisión. En ella el Señor resucitado resume el evangelio en cinco verdades, cada una de ellas doble. Primero hay un acontecimiento doble, el de la muerte y la resurrección del Mesías (v. 46). La Buena Noticia comienza con historia. Fue un acontecimiento antes de que pudiera ser una experiencia.
Segundo, hay una doble proclamación. Sobre la base del nombre de Cristo crucificado y resucitado, se proclaman el perdón (que el evangelio ofrece) y el arrepentimiento (que el evangelio exige). Es verdad que el evangelio es un ofrecimiento gratuito, pero lo gratuito no siempre es barato. No podemos volver a Cristo sin retirarnos simultáneamente del mal. Tercero, hay un doble enfoque. El evangelio debe ser anunciado a ‘todas las naciones, comenzando desde Jerusalén’ (v. 47). Al abrir la puerta de la fe a los gentiles, Dios no se las cerró a los judíos. Debemos rechazar firmemente la enseñanza de que hay una doble vía del evangelio, según la cual se supone que los judíos no necesitan creer en Jesús porque ya cuentan con un pacto por medio de Abraham. ¡Todas las personas necesitan llegar a Cristo!
Cuarto, hay una doble confirmación del evangelio. Por un lado, está el testimonio del Antiguo Testamento respecto al Mesías (vv. 44, 46) y, por otro, ‘vosotros [los apóstoles] sois testigos de estas cosas’ (v. 48). Es decir que la muerte y la resurrección de Jesús tienen una doble confirmación por medio del Antiguo y del Nuevo Testamento. Quinto, hay una doble misión. La Gran Comisión implicaba un doble envío (v. 49): el envío del Espíritu Santo a los creyentes y el envío de estos al mundo. Las dos misiones van lado a lado, porque el Espíritu Santo es un Espíritu misionero.
De esta manera, el Señor resucitado nos ha dado un informe completo y bellamente equilibrado del evangelio. Estamos comisionados a proclamar el arrepentimiento y el perdón sobre la base de aquel que murió y resucitó, a toda la humanidad (gentiles y judíos), según las Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamento), en el poder del Espíritu que nos ha sido dado. Mantengamos estos elementos reunidos.
Para continuar leyendo: Lucas 24:44–49
Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis.