28 nov 2020

LA RAZONABILIDAD DE LA REVELACIÓN - El profeta Isaías

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:9

El cristianismo es en esencia una religión revelada. No sabríamos nada acerca de Dios si él mismo no se hubiera dado a conocer. Esto es especialmente cierto en cuanto a su naturaleza de gracia. Dios ofrece agua gratuita al sediento, un lugar gratuito en su pacto a las naciones, perdón gratuito a los malvados (vv. 1–7). ¿Quién hubiera podido inventar semejante evangelio de gracia? ¡Es demasiado bueno para ser cierto! Sólo podría conocerse mediante la revelación divina. Analicemos su lógica.

En primer lugar, los pensamientos de Jehová nos son inaccesibles. Son tanto más elevados que nuestros pensamientos como los cielos son más altos que la tierra. Nuestra pequeña mente no puede escalar hasta la infinita mente de Dios (vv. 8–9).

En segundo lugar, los excelsos pensamientos de Dios deben llegar hasta nosotros como descienden la lluvia y la nieve del cielo a la tierra (v. 10).

En tercer lugar, los pensamientos de Jehová han sido acercados a nuestro alcance porque han sido puestos en palabras. El habla humana es el modelo de la revelación divina. Es por las palabras de nuestra boca que podemos comunicar los pensamientos de nuestra mente. No podemos leer la mente unos de otros, debemos hablar. ¡Mucho menos podríamos leer la mente de Dios a menos que él nos hablara! Dios ha hablado; su palabra ha llegado hasta nosotros.

En cuarto lugar, la Palabra de Dios es poderosa; siempre cumple su propósito (vv. 10–11).

Los dos últimos versículos del capítulo (vv. 12–13) describen en vívidas imágenes de poesía hebrea la inmensa bendición que disfrutan los hijos e hijas de Dios que han recibido su Palabra. Esa experiencia es como un nuevo éxodo (v. 12), y heredan una nueva tierra prometida (v. 13). No nos sorprende estar colmados de alegría y gozo.

Para continuar leyendo: 1 Corintios 2:6–10

Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis