No hagan sus buenas obras delante de la gente
solo para que los demás los vean.
Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo
no les dará ningún premio. — Mateo 6.1
La caridad también puede ser falsa. En algunos casos, puede convertirse en un negocio lucrativo o en una forma de promocionar la imagen propia o la de una empresa en particular.
Entre las organizaciones de ayuda humanitaria se usa, por ejemplo, la expresión industria del desarrollo para referirse al sector que se dedica a trabajar a favor de la justicia, el desarrollo y la transformación social. Puede ser que la expresión sea técnicamente correcta, pero, en lo personal, no me gusta. Me parece que con este tipo de expresiones se corre el riesgo de convertir el amor cristiano en una mera industria, y la búsqueda de la justicia en una empresa comercial como tantas otras. Esa tentación siempre está presente, sobre todo hoy cuando el imperio de la mercantilización atrapa aun a las causas más nobles.
Jesús, en su época, advertía acerca de los riesgos de la falsa caridad; enseñó en contra de hacer el bien como una forma de buscar el aplauso público y la promoción de una falsa imagen de bondad.
Los seres humanos queremos ser buenos; también deseamos aparentar serlo. Hoy Jesús nos llama la atención sobre este riesgo. Él sabe que nuestra generosidad merece una recompensa, pero nos recuerda que la mejor viene del Padre. Las otras, las de esta tierra, no son más que máscaras vistosas, relucientes pero falsas, que sólo sirven para ocultar nuestra demacrada realidad espiritual.
Para seguir pensando
“Bienaventurados los que dan sin recordar, y los que reciben sin olvidar”.
— Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)
Vale que nos preguntemos
Cuando sirvo a las personas necesitadas o hago el bien al prójimo, ¿cuáles son mis motivaciones?
Invitación a la oración
Señor, me invitas a ser un imitador de ti, sirviendo a los necesitados y amando a todas tus criaturas. Ayúdame a imitarte en lo que hiciste y también en las motivaciones que tuviste. Recuérdame cada día que la recompensa verdadera de hacer el bien viene del Padre. Amén.
- Segura, Harold. En el Camino con Jesús