14 abr 2020

La importancia de la resurrección

La seguridad del perdón

Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 1 Corintios 15:17

El segundo significado de la resurrección es que nos confirma el perdón de Dios. Ya hemos observado que el perdón es una de las necesidades humanas básicas y uno de los mejores regalos del Señor por medio del evangelio. En una ocasión leí la siguiente declaración de parte del director de uno de los grandes hospitales psiquiátricos de Inglaterra: ‘Podría darle el alta mañana mismo a la mitad de mis pacientes si pudieran sentirse seguros de estar perdonados’. Todos tenemos un esqueleto o dos en algún guardarropa oscuro, recuerdos de cosas que hemos pensado, hemos dicho o hecho, cosas de las cuales nos sentimos completamente avergonzados. Nuestra conciencia nos regaña, nos condena, y hasta nos atormenta.

Varias veces durante su ministerio público Jesús expresó palabras de perdón y de paz, y en el aposento alto se refirió a la copa de la comunión como su ‘sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados’ (Mateo 26:28). Jesús vinculó nuestro perdón con su muerte. 

Eso es lo que Jesús dijo. Pero ¿cómo podemos saber si tenía razón, de que efectivamente consiguió por su muerte lo que dijo, y que Dios aceptó su muerte en nuestro lugar como sacrificio final, perfecto y suficiente por nuestros pecados? La respuesta es que, si no hubiera vuelto a vivir, nunca lo hubiéramos sabido. Más aun, sin la resurrección tendríamos que llegar a la conclusión de que su muerte fue un fiasco. El apóstol Pablo percibió esta lógica con claridad. Si Cristo no hubiera resucitado, escribió, tendríamos que entender que los apóstoles son testigos falsos, que los creyentes no han sido perdonados, y que los cristianos que ya murieron han perecido para siempre. Pero en realidad, continuó Pablo, Cristo fue levantado de entre los muertos, y al levantarlo Dios nos confirmó que aprobaba su muerte en la que cargó nuestros pecados, que Jesús no había muerto en vano, y que aquellos que confían en él recibirán perdón total y gratuito. La resurrección legitima a la cruz.

Para continuar leyendo: 1 Corintios 15:12–20

Stott, Jon R. Toda la Biblia en un año