La parábola de los arrendatarios
Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores … le mataron. Mateo 21:37–39
A medida que avanzaba la última semana, la hostilidad de las autoridades hacia Jesús iba en aumento, y se definían los temas de confrontación y de juicio. Un ejemplo resonante es el de la así llamada parábola de los arrendatarios, que, en realidad, es una alegoría.
El dueño de la tierra que había plantado un viñedo y le había provisto la protección de un muro, un lagar, y una torre de vigilancia es sin duda Dios, cuyo viñedo es Israel, como leemos en Isaías 5. Hizo todo lo que estaba dentro de sus posibilidades para que su pueblo fuera fructífero en buenas obras. Los agricultores arrendatarios, a quienes el dueño alquiló el viñedo, son los líderes religiosos de Israel. A su debido tiempo, cuando las vides estaban maduras, el dueño envió a sus siervos (los profetas) a recoger el fruto, pero los inquilinos los tomaron, los azotaron, los apedrearon, y los mataron. De modo que el dueño envió más sirvientes, pero estos recibieron el mismo mal trato. Por último, envió a su hijo. ‘Tendrán respeto a mi hijo’, se dijo a sí mismo. Pero en lugar de eso, los arrendatarios lo mataron.
Cuando terminó, Jesús hizo a sus oyentes una pregunta frontal que los obligaba a hacer un juicio moral sobre sí mismos, ya que por su respuesta se condenarían. De hecho, Mateo lo dice de manera explícita: ‘Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos’ (Mateo 21:45). Esta es la pregunta que hizo Jesús: ‘Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?’ (v. 40). Ellos respondieron: ‘A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo’ (v. 41).
‘Por tanto os digo’, respondió Jesús, ‘el reino de Dios será quitado de vosotros [Israel], y será dado a gente [los gentiles] que produzca los frutos de él’ (v. 43).
Para continuar leyendo: Mateo 21:33–41
Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis.