Ungido por María
Ha hecho lo que estaba en su mano preparando por anticipado mi cuerpo para el entierro.
Marcos 14:8, BLP
Otro incidente dramático y bien recordado tuvo lugar en la aldea de Betania, una de las noches de la Semana Santa. Jesús estaba cenando como invitado de alguien conocido como Simón el leproso, cuya lepra, por supuesto, había sido sanada. Mientras Jesús estaba reclinado a la mesa, una mujer se acercó a él por detrás. Marcos mantiene su nombre en el anonimato, pero Juan la identifica como María de Betania, una de las dos hermanas de Lázaro, aquel a quien Jesús había levantado recientemente de entre los muertos (Juan 12:1–8). María había traído consigo un vaso de alabastro con un perfume costoso. Rompió el vaso y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. ¿Era posible que este gesto de ungirlo fuera su reconocimiento de que él era el Mesías? Los observadores se sintieron indignados por el derroche. Ese perfume, protestaron, se podría haber vendido por el salario de un año completo, y se hubiera repartido el dinero entre los pobres. Los presentes la reprocharon severamente.
Pero Jesús salió en su defensa. De sus palabras aprendemos cinco verdades de enorme valor. Primero, ella no había hecho un derroche sino ‘Buena obra me ha hecho’, dijo Jesús (Marcos 14:6), al expresarle su profunda devoción. Segundo, no estaba de ninguna manera despreciando a los pobres sino atreviéndose a poner a Jesús por encima de ellos. Tercero, ella había hecho lo que estaba dentro de sus posibilidades, conforme a sus recursos, sin desconocer que otras personas sirven a Jesús de otras maneras. Cuarto, había derramado el perfume sobre su cuerpo, anticipando el ungimiento que iba a recibir en el momento de su muerte. Quinto, ella y su acto de amor generoso serían recordados cada vez que se predicara el evangelio en cualquier lugar del mundo.
Marcos coloca el gesto de autonegación realizado por María en claro contraste contra el oscuro trasfondo del acto traidor de Judas, del que nos ocuparemos mañana.
Para continuar leyendo: Marcos 14:1–11
Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis