29 sept 2020

VERGÜENZA Y CULPA - La caída

Vergüenza y culpa

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Génesis 3:7

La vergüenza y la culpa fueron las dos consecuencias inmediatas de la caída de Adán y Eva. En primer lugar, la vergüenza. Como resultado de la desobediencia y de haber comido del fruto prohibido, ‘fueron abiertos los ojos de ambos’. Por supuesto, no eran los ojos del cuerpo sino los de la conciencia. Ahora pudieron ver con absoluta claridad la locura y la perversidad de su rebelión contra Dios. Además, la desnudez física, de la que hasta ese momento ‘no se avergonzaban’ (2:25), ahora los turbó, lo cual era símbolo de su sentido de culpa delante de Dios. Pero, si bien confesaron su pecado, no vemos evidencia de que hubieran comprendido la magnitud del mismo, ¡ya que al parecer pensaron que podían resolver la vergüenza tapándose con patéticos delantales de hojas de higuera (3:7)!

La segunda estrategia a la que recurrieron tanto Adán como Eva fue la de sacudirse la culpa de encima de sus hombros. Adán culpó a Eva por haberle convidado del fruto, y luego fue aun más lejos al culpar a Dios por haberle dado a la mujer (v. 12). Entonces, cuando Dios desafió a Eva por lo que había hecho, ella culpó a la serpiente de haberla engañado (v. 13).

Este mecanismo de sentir vergüenza y de echar la culpa a otro está en plena vigencia. Podemos mostrarnos muy ingeniosos en nuestros intentos superficiales tanto de aligerar el sentimiento de vergüenza como de echar la culpa a otros. ‘Lo llevo en los genes’, decimos. ‘Es la forma en que me criaron, o una debilidad congénita de la que no soy culpable’. Pero uno de los rasgos esenciales de nuestra semejanza con Dios es que sepamos aceptar la responsabilidad por las decisiones que tomamos.

Para continuar leyendo: Juan 16:8–11

Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis