15 oct 2020

EL NACIMIENTO DE ISAAC - Los patriarcas

El nacimiento de Isaac

Visitó Jehová a Sara, como había dicho … Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez. Génesis 21:1–2

En el momento en que se le hizo a Abraham la promesa sobre la descendencia que tendría, él y su esposa Sara no tenían hijos y, al parecer, no eran fértiles. De modo que la promesa de Dios puso a prueba su fe hasta el límite. ¿Cómo podían tener una descendencia innumerable si todavía no tenían ni siquiera un hijo?  

En una ocasión, Abraham se quejó de que, debido a que todavía no había tenido hijos, el heredero de sus posesiones sería su siervo Eliezer de Damasco. Pero el Señor le aseguró que el heredero sería su propio hijo (15:1–4). Y Abraham creyó a Dios.

Entonces, Sara tuvo la brillante idea de que podía dar su sierva egipcia Agar como concubina a Abraham. ‘Quizá tendré hijos de ella’, dijo Sara. Abraham estuvo de acuerdo, Agar concibió, y así nació Ismael. Pero Sara sintió celos y, además, Ismael obviamente no era el hijo de la promesa (16:1–6).

Sin embargo, lejos de anular su promesa, Dios la confirmó, y hasta cambió el nombre de los actores principales, llamando ahora a Abram ‘padre de muchedumbre de gentes’ y a Sara ‘madre de naciones’ (17:5, 15–16). Para reforzarlo, tres hombres (a los que se identifica colectivamente como ‘el Señor’, BLP) visitaron a Abraham en su tienda. El Señor le prometió que al cabo de un año Sara tendría un hijo.

Sara escuchó a escondidas cerca de la entrada de la tienda y se rió, incrédula de que ella y Abraham pudieran tener un hijo, a causa de la avanzada edad de ambos. Es entendible que el Señor le preguntara: ‘¿Hay para Dios alguna cosa difícil?’ (18:14). Sintiéndose reprochada, Sara mintió, diciendo que no se había reído, aunque en realidad sí lo había hecho.

A su debido tiempo el Señor mostró su gracia a Sara, como lo había dicho. Ella quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham. Él le puso por nombre Isaac (‘Risa’), porque la risa que había surgido de la incredulidad se convirtió en la risa de la celebración y la alegría (21:1–3, 6).

Para continuar leyendo: Génesis 18:1–15

Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis