27 oct 2020

OPRESIÓN CRUEL - Moisés y el Éxodo

Opresión cruel

Los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron … Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto. Éxodo 2:23–24

El libro de Éxodo comienza con una gráfica descripción de la opresión que sufrían los israelitas bajo un nuevo faraón (probablemente Ramsés II), quien no sabía nada acerca de José. A los israelitas, los egipcios les ‘amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo’ (1:14). Esta opresión se prolongó durante 430 años. Pero clamaron pidiendo a Dios que los liberara, y él recordó su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Más aun, ya estaba preparando al libertador.

Siendo niño, Moisés sobrevivió apenas a morir ahogado en el río Nilo. Fue criado primero por su propia madre y luego por la hija de faraón. Podemos imaginar el conflicto que experimentaría Moisés entre las culturas egipcia y hebrea. Aun así, nunca perdió su sentido de identidad hebrea ni su indignación ante el sufrimiento de su pueblo. En algún momento tomó una decisión costosa y valiente: ‘Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado’ (Hebreos 11:24–25).  

Pero aunque el amor hacia su pueblo y su decisión de identificarse con ellos eran admirables, Moisés fue imprudente al tomar la ley en sus propias manos: Mató a un egipcio que estaba maltratando a un hebreo y al día siguiente quiso arbitrar en una pelea entre dos hebreos. Su intervención no fue bien recibida. Lo que había hecho ya se había difundido, y tuvo que huir hasta la tierra de Madián (en la península de Sinaí), donde apaciguó sus impulsos durante los siguientes cuarenta años. Necesitaba aprender que la voluntad de Dios solamente puede llevarse a cabo ‘a la manera de Dios’.

Para continuar leyendo: Éxodo 2:11–15, 23–25

Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis